martes, 9 de abril de 2013

Mar.

Profundo, obscuro, desconocido. El viento hace bien su trabajo, mueve las olas al ritmo de las voces de las ballenas que exaltadas por las condiciones climáticas ríen, porque les encantan las tormentas. Lluvia y estruendo, pero en las profundidades sólo se oye un sollozo tenue del cielo llorando. La idea simplemente de una noche en calma no es real. La enorme luna brillando sobre los seres desconocidos y muchas veces imaginarios que danzan con las olas esta noche al recibirme. Explorar esa parte del mar inaccesible, esta noche. Un misterioso silencio invade en lo más obscuro, ¿será acaso un anuncio de que la fiesta y el baile acaban?, efectivamente. Mi despertador suena. Son las siete de la mañana, otra vez a subir desde la profundidad y tocar tierra. De vuelta a la monotonía.

sábado, 9 de febrero de 2013

Perdóname por favor, sólo estoy aprendiendo. Enséñame amor a escalar la montaña, enséñame amor a volar, a disfrutar de la noche, a amar las estrellas.
Enséñame amor que no solamente la luna resalta al caer el sol, que hay más escondido en la obscuridad.
Demuéstrame que hay algo escondido tras la vida, que no sólo se trata de envejecer. Prométeme que me harás ver, que mi ceguera no volverá, quiero verlo todo amor, a tu lado.
Por favor que tu hablar no cese, estoy aprendiendo, cada vez puedo comprender más, escucho todas las voces, mas sólo es la tuya explicándome las conspiraciones de aquellos poemas.
Vida mía sigo aquí, viendo a través de nuestros ojos, descubrí belleza en cada rincón.
El gigantesco bosque hace que me pierda, pero a medida que me pierdo mi conocimiento crece, sigo descubriendo la belleza de las hojas al nacer en una rama.
Ayer comprendí el idioma de las aves, pero me falta tanto por conocer y vida mía el tiempo está tras de mi, cada vez que avanzo él me alcanza con mayor velocidad.
Cuánto tiempo tendré aún y cuánto me hará falta amor por descubrir.. .

domingo, 6 de enero de 2013

Sábanas claras, piernas tristes arañadas por las pesadillas de aquel día.
El halcón voló suspicazmente hacia mi, noto que el bosque no era mi hogar y que debía irme. ¿Por qué?, no me encontraba haciendo daño, sólo quería respirar lejos de aquellos suelos tóxicos en los que viven aquellos semejantes a mi.
No recuerdo cuantos días pasé en la oscuridad de los árboles, con la protección de las inmensas ramas coloridas y de aspecto firme, con temor del viento al hablar, con la pasividad que siempre quise encontrar en un lugar, encontrar a mi real ser.
Me fui, era lo que me correspondía, no podía quedarme, no se me era permitido, me veían como un peligro, antes personas, más bien explicado gente simplemente, parecida a mi hizo mucho daño, y eso ahí no dejaba en tranquilidad a nadie, me fui.
Lo disfruté, luego desperté y caí en la pesadilla de la vida, de la monotonía, mis manos no me respondían, mi impotencia era mas grande, mis piernas sangraban de tristeza, querían caminar sobre la tierra otra vez.